Una Mezcla entre Verdades Ficticias y Ficciones Verdaderas

jueves, 24 de abril de 2014

Amor sin Amor

Aquí nuevamente, tenemos al acusado, al que no se puede dejar de lado.

Y bien, es que no entiendo. ABSOLUTAMENTE NADA. Me amas y me extrañas, pero no me respondes los mensajes, no me llamas o intentas contactarme, entonces, puede que esté completamente equivocada pero.. ¿dónde está tu interés hacia a mí?

Me dicen: valorate, eres genial, eres una persona increíble, vales mucho, no te das cuenta lo genial que eres... Pero quiero que la única persona que me preste más atención seas tú. Y tú no estás. Tú sólo te acuerdas de mí cuando ya no tienes nada más que hacer y agotas todas tus otras posibilidades. Pareces exageración, pero es lo que voy maquinando en mi cabeza desconcertada y triste. Quiero estar siempre contigo, pero no al extremo de ahogarte, sé que ambos tenemos nuestro mundo a parte y que debemos y queremos hacer cosas distintas con personas distintas, no te preocupes, porque es algo que yo también hago, pero... Tu me borras completamente de tu vida cada vez que se te antoja y yo siempre estoy penando en tí, pensando en que quiero compartir maravillas y momentos únicos contigo. Gran parte de las cosas que quiero hacer o decir, primero quiero compartirlas contigo.

Si en realidad no te intereso como amiga y jamás lo seré, y además de eso te olvidas completamente de mí, aún teniendo en cuenta que soy tu pareja. Me pregunto qué me quedará como una simple persona que se interesa por ti y por lo que te ocurre. Siento lástima de mí misma por pensar que no quiero dejarte, por pensar que intento darte el gusto en la mayoría de las cosas, pero pocas son las veces en que tú me das en el gusto a mí. Extraño la persona que eras antes -y eso que no fue hace mucho tiempo- cuando venías a mí sin que yo te llamara o te quisiera cerca. ¿Fui tonta al creerte y abrirte mi corazón? A veces la respuesta emerge hacia mí como un: "Sí, fuiste realmente estúpida y ahora que está instalado hasta en tu alma, ya no puedes hacer mucho." Otras veces, sin embargo, pienso que aún puedo hacer algo y volver a ser aún más fría contigo, esperando que te des cuenta que en cualquier momento podría irme lejos y no me encontrarías más. ¿Debo irme para que intentes buscarme?

Son muchas las preguntas que tengo y pocas las respuestas que puedo imaginarme o que me has dado con claridad, pero sinceramente y desde lo más profundo y verdadero que pueda tener un ser humano te digo que me encantaría que supieras todo esto, que lo entendieras y supieras que te siento tan mío que me da miedo dejarte por tus propios descuidos que duelen más que si nos la pasáramos discutiendo todo el tiempo, porque si fuera así, por lo menos me estarías poniendo atención.

Tonterías y más tonterías. Mierda romántica y expectativas que lo único que logran es hacerme sentir pequeña y estúpida.

Romance coyote, romance que parece imaginario, un romance que debería llevar a solas conmigo misma y con algo que no existe. Tú no existes. Tú te vas y yo me quedo. Un día será al revés. Un día me iré y no regresaré, no a menos que te esfuerces y cambies esas actitudes que me hacen sentir la última persona en tu jerarquía de importancias, incluso después de la gente que dices odiar.




Cosas misteriosas y sin sentido ocurren todos los días en el mundo y en la vida de cada persona. En mi vida ocurres tú. 

sábado, 12 de abril de 2014

Llanto Sonriente

Y es que no puede haber un llanto sin sonrisa. O por lo menos eso creo. Me pasa así; lloro, miro a a distancia el por qué, no lo entiendo y río. Es tonto, cualquiera podría decir que soy una persona estúpida, que no entiende cómo si me siento asfixiada por tanta preocupación, logro sonreír. Entonces digo que es simple, que al pensar en lo mucho que me pre-ocupo no hay más que reírme de ello.

Y puede que te preguntes a qué diablos viene este jodido asunto y por qué la tipa en cuestión tiene tan jodida pena. Pues verás, no es nada en particular, simplemente los típicos fantasmas que te encadenan a una realidad que nadie desea: inseguridad, principalmente, luego podría decir que hastío y un poco de imposibilidad para romper los esquemas de mi propia tonta rutina. Es así, algo simple y que si lo vieses desde fuera dirías: "Ya para con eso, eres buena, eres una persona que vale la pena, te mereces cosas buenas..." y bla, bla bla. Claro, es muy simple decirlo, pero cuando eres esa persona y te cuesta creer en ti mismo, la verdad es que es más complicado de lo que uno desearía que fuese.

Yo quiero, yo deseo, muchas cosas. Yo quiero ser mejor persona por mí y para mí misma y para quien se para hoy en día a mi lado, aunque a veces lo veo borroso, como si fuese más bien una especie de amigo imaginario temporal, con la única diferencia de que más gente además de yo puede verlo. Quiero estudiar, aprender más, quiero alguien que me guíe un poco y no hacer las cosas a tontas y a locas como suelo hacerlo, porque al final me aburro y dejo todo a medio camino, incompleto y quedo con más dudas e incertidumbres que en un principio. Estupideces.

Bueno, bueno y todo este rollo, ¿a qué nos lleva? Simple mi querido y entrometido lector, nos lleva a que estoy muy triste, me siento inútil y poca cosa y no sé como remediarlo. Cuando pienso en esto se me hace un tormentoso nudo en la garganta y mis ganas de llorar afloran antes de que pueda detenerlas.

Pienso en que funciono bien cuando estoy sola porque no debo explicarle nada a nadie ni debo preocuparme por alguien más que yo. Pero adoro con todas mis entrañas a este ser borroso que se apareció en mi vida declarándome amor y cosas bellas estilo cuento de hadas. Pero ese príncipe misterioso del principio se desvaneció. Antes todo romance y esfuerzo y ahh... -suspiros de la escribiente- y te adoro y quisiera quedarme la vida entera a tu lado y que seamos felices por siempre y ¡zas! ¿Dónde fue a parar eso? Ahora siento que casi debo pedir una hora -y con cierto tiempo adelantado- para verte. Soy cobarde y el que me hayas quitado a ese chico jugado que conocí en un principio me tiene en la cuerda floja y no sé si podré balancearme como debo en ella. Tengo miedo de perderte y tengo miedo de perderme a mí misma por querer agradarte a ti. Me complica universalmente tener que expresar mis sentimientos mediante palabras habladas -odio hablar- y ahora llegas a mi vida revolviendo todo, agitando el suelo que creí seguro y más fuerte que cualquier cosa en la vida. Me da rabia conmigo misma, me siento débil y expuesta y más que todo eso junto temo acabar con quien creí ser. Yo que jamás necesité de nadie, hoy te necesito a ti, pero tu pareces tan seguro e inquebrantable que más aterrada me siento. Me vuelvo una cosa que me da asco, que la yo de antes miraría con desprecio y vergüenza ajena. No quiero depender de ti, pero tampoco quiero hacerte a un lado porque disfruto los momentos que estoy contigo. Temo, horriblemente, que no te agrade lo que ves ahora de mí. Quiero ser la persona que era antes y no la que deseas que sea. Quiero ser yo y amarme a mi. Quiero poder ser libre para quererte sin que te vuelvas mi mundo entero. Quiero volver a ser esa persona a la que denominaban "arisca", esa que por más que se hiciera mierda de la pena y la desesperación, no pedía ayuda a nadie y lograda, desde el fondo de la pena, volver a salir a flota y solucionar todo para hablar luego de ello como si no fuese nada grave. Con una sonrisa en los labios y la convicción de que nada podría echarme abajo.

Quiero volver a ser mi preocupación principal.


Deseo llorar tanto, tanto que este vacío se vaya por mis ojos y logre volver a mirarte a la cara con una sonrisa atractiva y cautivante. Pero más que para seducirte, para seducirme a mí misma y sentirme bien con mi todo.